La Rambla Nova de Tarragona divide la ciudad entre la Part Alta (casco antiguo) y la zona baja. Está compuesta por dos calzadas laterales y un gran paseo central. En él, conviven tanto tarraconenses como turistas, que pasean, realizan fotografías de las esculturas que la recorren o descansan en sus numerosos bancos. A dicho paseo se le atribuye la expresión tarraconense “anar a tocar ferro”, lo que significa ir a disfrutar de un paseo tranquilo hasta la barandilla, de hierro, del Balcón Mediterráneo.